Para empezar a hablar de este proyecto es importante
mencionar el por quien, y es que
todo inicia desde algo repulsivo, de los inicios de este, ya que si no lo
explicara así podría parecer más bien un proyecto de algo mercadológico (en un
primer vistazo) por el despliegue que se hizo en este ámbito. Primero que nada
me gustaría hablar de un ¿Por qué?, ¿desde dónde? O mejor dicho desde quién…
desde lo desconocido, de algo
insignificante, de un algo que es más nada que algo… ¿Y es que a quien le
podría interesar una pelusa de ombligo?... Pues para mi “buena venturada
desgracia” ¡A mí!...
Me permitiré colocar unas pequeñas citas del texto que
elabore en el semestre pasado, en donde describo este acercamiento con la
pelusa de ombligo. Es curioso como desdé ese momento, esta cosa tan inútil e
insignificante se convirtió, para mí, en uno de los puntos centrales, no solo
de mi proyecto, sino incluso de mi vida cotidiana, a un grado que ni yo mismo
imaginé.
“Dicen que «la ociosidad es la madre
de todos los vicios», ¿Y qué mayor vicio que la curiosidad?... ociosa
curiosidad de picarse el ombligo, para encontrar una curiosidad más… ¿Qué es
esa curiosidad?”
“Si uno se pica la nariz sabe que le
sale un moco, si se pica el oído encontrará cerilla y si es el ano pues caca,
si es la boca tal vez saliva o restos de comida, cosas mucho más repulsivas y
asquerosas que nuestra peluda sorpresa, pero que las vemos con una mayor
naturalidad por ser viejas conocidas y que de alguna manera sabemos por qué y
cómo es que están ahí, pero ¿Y la pelusa que hace ahí?, ¿salió de mí o solo se
pegó a mí? Si bien esta pelusita está conformada mayormente de restos de tela
con la que está hecha nuestra ropa, también está hecha de restos de nosotros
mismos. La fricción de la tela con nuestro vello y nuestra piel causan un desgaste
en ellos, haciendo que se desprenda fibra y piel muerte que son unidas por el
sudor corporal que se aloja en el ombligo, todo esto mezclado nos da como resultado
¡Una linda pelusita!”
Y luego entonces, es aquí donde nos
conocimos… ella y yo… la pelusa y yo…
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