martes, 10 de mayo de 2016

Para empezar a hablar de este proyecto es importante mencionar el por quien, y es que todo inicia desde algo repulsivo, de los inicios de este, ya que si no lo explicara así podría parecer más bien un proyecto de algo mercadológico (en un primer vistazo) por el despliegue que se hizo en este ámbito. Primero que nada me gustaría hablar de un ¿Por qué?, ¿desde dónde? O mejor dicho desde quién… desde lo desconocido, de algo insignificante, de un algo que es más nada que algo… ¿Y es que a quien le podría interesar una pelusa de ombligo?... Pues para mi “buena venturada desgracia” ¡A mí!...
Me permitiré colocar unas pequeñas citas del texto que elabore en el semestre pasado, en donde describo este acercamiento con la pelusa de ombligo. Es curioso como desdé ese momento, esta cosa tan inútil e insignificante se convirtió, para mí, en uno de los puntos centrales, no solo de mi proyecto, sino incluso de mi vida cotidiana, a un grado que ni yo mismo imaginé.

“Dicen que «la ociosidad es la madre de todos los vicios», ¿Y qué mayor vicio que la curiosidad?... ociosa curiosidad de picarse el ombligo, para encontrar una curiosidad más… ¿Qué es esa curiosidad?”

“Si uno se pica la nariz sabe que le sale un moco, si se pica el oído encontrará cerilla y si es el ano pues caca, si es la boca tal vez saliva o restos de comida, cosas mucho más repulsivas y asquerosas que nuestra peluda sorpresa, pero que las vemos con una mayor naturalidad por ser viejas conocidas y que de alguna manera sabemos por qué y cómo es que están ahí, pero ¿Y la pelusa que hace ahí?, ¿salió de mí o solo se pegó a mí? Si bien esta pelusita está conformada mayormente de restos de tela con la que está hecha nuestra ropa, también está hecha de restos de nosotros mismos. La fricción de la tela con nuestro vello y nuestra piel causan un desgaste en ellos, haciendo que se desprenda fibra y piel muerte que son unidas por el sudor corporal que se aloja en el ombligo, todo esto mezclado nos da como resultado ¡Una linda pelusita!”



Y luego entonces, es aquí donde nos conocimos… ella y yo… la pelusa y yo… 

No hay comentarios:

Publicar un comentario